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Aire comprimido, generación

Para generar aire comprimido, un compresor accionado por un motor eléctrico o de combustión interna fuerza el paso de aire a través de un filtro, lo comprime hasta una presión de entre 6 y 10 bar y lo almacena -con frecuencia con ayuda de un enfriador intermedio- en un depósito de aire comprimido.

En el momento del uso, el aire así comprimido pasa del depósito a la línea de distribución. Para compensar las pérdidas de presión que se producen en el sistema, el compresor genera una presión entre 1,5 y 2 bar por encima de la presión de trabajo requerida. El depósito ecualiza las fluctuaciones que se producen en el aire comprimido como resultado del consumo de aire en el sistema.